12.3.10

Perrito lindo, te quiero mucho.

Porque eras el único que persigue a su propia cola, el único que muerde a su amo, el único que se pone manso sólo cuando se enferma.

Eras tan gracioso... vestido de recluta de Pelotón o con tus chalequitos de mujer. Enterrando tu shet y escapandote de los gatos.

Perdóname por no haberte cuidado lo suficiente, me consuela un poco pensar que quizás no hubiese servido de mucho, el ambiente nunca fue de lo más favorable para tu salud, para mi tampoco lo es.

Nunca te olvidaré mi querido Evaristo, descansa en paz.


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