Y bueno, mientras lo contemplaba desde la ordinaria ventana, pensaba en que estaba súper lindo, me encantaría haber tenido una cámara fotográfica en mi poder. Y pensaba también en algunas cosas malas que existen en el mundo, sobre todo cualidades humanas... una carencia de respeto enorme, una falta de amor impresionante para con los demás, y tantas buenas acciones egoístas disfrazadas de altruísmo. Esto último es lo que más he notado últimamente; típicas cosas buenas que la gente hace para sentirse mejor consigo mismos, para sentirse buenos y hasta Cristianos, para sentir que hicieron lo correcto, para esperar una retribución -aunque sea de un simple "gracias"-, o más típico aún: para ganarse un pedazo de cielo... ese tan hermoso cielo que siempre está ahí, y que yo estaba viendo.
Y de repente, vi algo que siempre estuvo delante de mí... las ramas con hojitas de un árbol, que daban hacia esa corriente ventana. Las miré mucho rato, y me fijé en una hoja, de las más altas. Era muy verdecita y nada podía tocarla, sólo el viento. Me sentí feliz de que existiese algo que no estuviese siendo siquiera rozado por el hombre, y fue una simple hoja, que parecía recortada por el joven manos de tijera, con una perfección perfecta...
Finalmente, me dio pena el darme cuenta de que relacioné bondad y pureza con ausencia de tacto humano, si en realidad, existen seres humanos muy bondadosos que sí merecerían tocar esa ingenua hoja, la cual no dejaría de ser maravillosamente pura.
Simplemente maravilloso me recuerda a García Márquez. que bonito pensamiento.
ResponderEliminarMe encantaria tenerte como web amiga. que dices?